Cómo influye el trabajo sobre la salud cardiovascular

Tres estudios comprueban los efectos que producen el tiempo que se pasa sentado, el nivel de esfuerzo físico y la carga horaria sobre el riesgo de padecer enfermedades o eventos cardíacos. Un llamado de atención, en especial, para las mujeres.



Es bien sabido que el tipo de trabajo que uno hace puede incidir para bien o para mal sobre la salud. Un nuevo estudio, dado a conocer la semana última, aporta más evidencia al respecto, al constatar que pasar demasiado tiempo sentados en el ambiente laboral es nocivo.

La investigación, liderada por el doctor William Tigbe, de la Universidad de Warwick, en Reino Unido, halló que los trabajadores que tienen empleos de escritorio tienen mayor circunferencia abdominal y riesgo de enfermedad cardiovascular.


El estudio respalda la recomendación de estar menos tiempo sentados y ser más activos: en concreto, afirma que estar siete horas parados y caminar 11 kilómetros por día (110 cuadras) sería lo aconsejable para evitar afecciones cardíacas.


Para llevar adelante la investigación, Tigbe incluyó a 111 trabajadores sanos del correo, que llevaron consigo un monitor de movimiento durante siete días. De ellos, 55 trabajaban en oficina y 56 como carteros.


El estudio puso de manifiesto las diferencias entre los dos grupos: Aquellos que tenían trabajo de escritorio tenían una mayor circunferencia de cintura (en promedio, de 97 cm, contra 94) y alrededor de una unidad de índice de masa corporal (IMC) de diferencia. Además, presentaron un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (2,2% vs. 1,6%) a lo largo de 10 años.


El nuevo trabajo sugiere que por cada hora adicional que se pasa sentado -luego de estar cinco horas sentados-, la circunferencia abdominal aumenta dos centímetros y el riesgo de enfermedad cardiovascular se eleva un 0,2%.


Asimismo, el colesterol malo (LDL) aumenta y el bueno (HDL) baja con cada hora adicional que se pasa sentado tras cinco horas diarias en esa postura.


"Pasar mayor cantidad de tiempo sedentario tiene una asociación significativa con una mayor circunferencia abdominal, triglicéridos (grasas en sangre) más elevados y menor colesterol HDL, todos factores que se suman para empeorar el riesgo de enfermedad cardiovascular", enfatizó el investigador.


Los niveles asociados con un factor de riesgo cero fueron caminar más de 15.000 pasos por día, lo que equivale a 11 a 13 kilómetros, o pasar siete horas del día de pie.


"Nuestros hallazgos podrían utilizarse como base de nuevos objetivos de salud pública relativos al tiempo sentados, acostados, parados o caminando, para prevenir riesgos metabólicos", argumentó Tigbe, quien hizo hincapié en que "sin embargo, los niveles de actividad que sugiere nuestra investigación serían muy difíciles de alcanzar a menos que se incorporen a los trabajos de las personas".


"Con esta investigación hemos recibido información importante, relevante para la salud en la vida laboral moderna, al estudiar los patrones de actividad de trabajadores postales, una de las últimas ocupaciones físicamente activas que quedan en Reino Unido", expresó por su parte el profesor Mike Lean de la Escuela de Medicina de la Universidad de Glasgow.


"Nuestra evolución, para convertirnos en especie humana, no nos equipó bien para estar sentados todo el día. Probablemente nos hayamos adaptado para estar más saludables si pasamos siete a ocho horas de pie cada día".


El trabajo, publicado en "The International Journal of Obesity", sostiene la idea de que para asegurarse de no tener riesgos de enfermedad cardiovascular hay que evitar estar mucho tiempo con la cola en la silla.



TRABAJOS ESFORZADOS



Otro estudio que indaga sobre la relación entre el ambiente laboral y la salud reveló que las mujeres hipertensas (presión arterial alta) que tienen trabajos demasiado activos tienen casi tres veces más riesgo de cardiopatía isquémica que aquellas mujeres con presión arterial normal y trabajos de actividad moderada.


"Investigaciones anteriores han demostrado que los hombres y mujeres con trabajos muy demandantes desde el punto de vista físico tienen un aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular", señaló la autora principal del estudio, Karen Allesce, de la Universidad de Dinamarca del Sur.


"Levantar y trasladar peso producen un aumento de la presión arterial y puede poner a las personas con hipertensión en particular riesgo de sufrir un evento cardiovascular. Por eso, queríamos investigar si las mujeres con hipertensión y trabajos físicamente demandantes tienen un riesgo especialmente alto de enfermedad cardiovascular", explicó.


El estudio incluyó a 12.000 enfermeras del "Estudio de Cohorte Enfermera Danesa" realizado en 1993.


Se recabó información sobre la actividad física en el trabajo y la presión arterial a través de un cuestionario. El nivel de actividad se clasificó en "sedentaria", "moderada" (principalmente estar parada o caminando), y "alta" (estar de pie o caminando con traslado de peso, o ser físicamente extenuante).


De este modo, las enfermeras con hipertensión y alto nivel de actividad física en el trabajo se compararon con las enfermeras con presión arterial normal y actividad física moderada. Este último grupo fue identificado como el de la combinación más saludable, ya que tanto la actividad física intensa en el trabajo como los largos periodos sentados aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular.


Durante el lapso de seguimiento de 15 años, 580 enfermeras desarrollaron cardiopatía isquémica. Casi el 12% tuvo hipertensión. El 46,3% tenía una actividad física alta en el trabajo, 34,4% moderada y 19,3% sedentaria.


Los investigadores del estudio, publicado en el "European Journal of Preventive Cardiology", observaron que la combinación de hipertensión y alta actividad física en el trabajo aumentó el riesgo de cardiopatía isquémica más que si se suman los riesgos individuales por separado.


"Esto implica que hay una interacción que se suma entre la hipertensión y la actividad física elevada en el trabajo. Los dos factores de riesgo parecen funcionar en conjunto, dando como resultado una incidencia de enfermedad cardiovascular aún mayor. Esto significa que las mujeres hipertensas con trabajos físicamente muy demandantes pueden estar en especial riesgo de sufrir una afección cardíaca. Hasta donde sabemos, esto no se había demostrado hasta ahora entre las mujeres", enfatizó Allesce.


Una posible explicación que sugieren los autores del trabajo es la vía ateroesclerótica que conduce a una enfermedad cardiovascular. Los trabajos físicamente demandantes elevan el ritmo cardíaco y la presión arterial. Un mayor ritmo cardíaco puede causar placas en las arterias y ateroesclerosis. La hipertensión también produce ateroesclerosis. Además, levantar y trasladar cargas pesadas puede causar un incremento agudo de la presión arterial que puede ser dañino en personas con hipertensión.


No obstante, por ahora no es posible fijar parámetros de cuánta actividad física en el ambiente laboral es seguro que realicen las mujeres con hipertensión. "Necesitamos más información sobre cuáles son los aspectos de los trabajos físicamente demandantes que son dañinos. Hasta que eso ocurra, no podemos hacer recomendaciones específicas sobre cuánto peso o cuántas horas son seguros para las mujeres hipertensas. Si nuestros hallazgos se replican en otros estudios, habrá bases para aconsejar sobre salud ocupacional a mujeres con hipertensión con el objeto de asegurarse de que los aspectos físicos de su trabajo no aumenten su riesgo de enfermedad cardíaca", finalizó.



LARGAS JORNADAS



En tanto, un tercer estudio publicado en el "Journal of Occupational and Environmental Medicine" demostró que las mujeres que tienen largas jornadas de trabajo tienen mayor riesgo de padecer afecciones que implican una amenaza de vida.


El trabajo de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, estableció que las mujeres con semanas laborales de un promedio de más de 60 horas, durante más de tres décadas, tenían tres veces más riesgo de sufrir diabetes, cáncer, problemas cardíacos y artritis.


Los investigadores remarcaron que el riesgo empieza a escalar cuando las mujeres trabajan más de 40 horas por semana y da un mal giro cuando se superan las 50 horas.


"Las mujeres, en especial aquellas que cumplen múltiples roles, sienten los efectos de los trabajos intensos y esto puede sentar las bases para una serie de enfermedades y discapacidades", sostuvo el autor principal del estudio Allard Dembe, profesor de Manejo y Políticas de Servicios de Salud. 


"Las personas no piensan demasiado en cómo sus primeras experiencias laborales las pueden afectar a lo largo de su vida. Las mujeres de 20, 30 y 40 años se están predisponiendo a padecer problemas en la edad adulta", alertó el investigador.


Según Dembe, estudios anteriores comprobaron que las mujeres tienden a soportar la mayor carga de responsabilidades familiares y suelen enfrentar más presión y estrés que los hombres cuando trabajan largas jornadas. "A esto debe sumarse que el trabajo puede ser menos gratificante para las mujeres porque deben equilibrar las demandas laborales con las obligaciones familiares", insistió.


Como solución ante este panorama, el catedrático sugirió que una mayor flexibilidad horaria junto con consejería de salud y chequeos médicos en el ambiente laboral, pueden contribuir a reducir el riesgo de que las empleadas enfermen o mueran a causa de una afección crónica. Algo que sin dudas dependerá no sólo de políticas públicas que busquen fomentar este tipo de iniciativas sino también de la decisión empresarial de proteger a sus trabajadoras.

1 comentario:

  1. La enfermedad del vih durante los últimos 3 años y el dolor difícil de comer y la tos son pesadillas, especialmente el primer año En esta etapa, el sistema inmunológico está gravemente debilitado, y el riesgo de contraer infecciones oportunistas es mucho mayor. Sin embargo, no todas las personas con VIH desarrollarán el SIDA. Cuanto antes reciba el tratamiento, mejor será su resultado. Empecé a tomar el ARV para evitar una muerte prematura pero tenía fe en Dios de que algún día me curaría. Como paciente de VIH, se nos aconseja tomar tratamientos antirretrovirales para reducir la posibilidad de transmitir el virus a otros, hace unas semanas busqué en Internet si podía obtener información sobre el tratamiento del VIH con hierbas medicinales, en mi búsqueda vi el testimonio de alguien que se ha curado del VIH, su nombre era Achima Abelard y otra patente del virus del herpes, Tasha Moore, que también dio testimonio sobre este mismo hombre, llamado Dr. Itua Herbal Center. Me conmovió el testimonio y me puse en contacto con él a través de su Email.drituaherbalcenter@gmail.com. Hablamos y me envió una botella de medicina herbal que tomé según sus instrucciones. Después de beberla me pidió que me hiciera una prueba de que como terminé mi vida de sufrimiento de la patente del VIH, estoy curada y libre de las píldoras de Arv. Le estoy eternamente agradecido, Drituaherbalcenter. Aquí su número de contacto +2348149277967... Me aseguró que puede curar las siguientes enfermedades... VIH, cáncer, virus del herpes, Hpv, pilotes, erección débil, enfermedad de Lyme, epilepsia, glaucoma.., Tumor cerebral, psoriasis, cataratas, degeneración macular, enfermedad cardiovascular, diarrea crónica, enfermedad pulmonar, próstata agrandada, osteoporosis, enfermedad de Alzheimer,
    Demencia. Cáncer de vejiga, autismo, cáncer colorrectal, cáncer de mama, cáncer de riñón, leucemia, cáncer de pulmón, enfermedad de Tay Tach, linfoma no Hodgkin, cáncer de piel, lupus, cáncer de útero, cáncer de próstata, convulsiones, fibromialgia, esclerosis lateral amiotrófica, hepatitis, polio, enfermedad de Parkinson. Enfermedad genética, enfermedad de fibrodisplasia, fibrodisplasia osificante progresiva, síndrome de toxicidad de la fluoroquinolona, apoplejía, Hpv, erección débil, inflamación del hígado y del riñón, infertilidad masculina y femenina, enfermedad intestinal, enfermedad de Huntington, diabetes, fibroma.

    ResponderEliminar